El disfraz bajo la piel

Es como si necesitara despojarme de mi propia piel, quitarme el disfraz que oprime mis huesos. Arrancarme la piel, curarme de la angustia, de los malos aires, soltar la presión.
Sentir la fragilidad de mi cuerpo, el contacto del aire, dibujar un camino para la soledad.
Un sitio en el espacio, estar perdido fuera de la esfera. Oír una voz a lo lejos, buscarla, seguir su hilo. Un susurro que te saca la presión, te explota y vacía de demonios. Te grita, te susurra, te sugiere, te ayuda a sentir.
Reconciliarse con uno mismo, luego con los demás. Encontrar un nuevo significado para el contacto, devolver el calor al hielo.
El cuerpo es ahora más blando, ganas de llorar, ganas de reír. Una voz que desgarra, y acaricia, salva el escozor, está cerca y lejos.
Estás dispuesto ya para encontrarte con alguien, pero ahí empieza otra historia. Lo miras de lejos, lo estudias, lo analizas, lo temes y lo amas. Eres un animal recién nacido. Aprendiendo todo de nuevo, buena manera para poder construir.